Cada día es un reto, correcorre entre representantes, estudiantes y maestros. A medida que va pasando el día, recuerdo los años que han pasado y aún se mantienen las mismas realidades, representantes que no se comprometen con el proceso escolar del hijo, no revisan las asignaciones diarias, no apoyan al niño en los hábitos de estudio, no establecen normas ni hábitos, niños que a pesar de querer aprender se les hace difícil; y maestras que esperan que todos sus alumnos vayan al mismo ritmo, que todos lean, escriban, deletreen, permanezcan sentados, no hablen, sumen, resten, multipliquen, escriban, copien y realicen dictados, además pretender que a los seis años realice dictado de oraciones, copie sin equivocarse de línea y así sucesivamente, ¡es decir, se olvida del proceso evolutivo del niño! ¡¡Asimismo, planificaciones semanales, diarias, contenidos a dar, competencias y habilidades, destrezas que enseñar, fomentar, reforzar, en un tiempo determinado, con premura y en espera de cumplir todo!!
¿Cómo es posible que existan aulas con 40 alumnos y un solo maestro? Cuando evidencio diariamente el trabajo del docente, me pregunto qué otra profesión puede con cuarenta personas, atenderlos al mismo tiempo, simplemente enseñar a 40 personitas conocimiento, destrezas, reforzar aptitudes, incentivar conductas, revisar 40 cuadernos, corregir 200 sumas (multiplicaciones, restas, problemas), 40 dictados de 10 palabras cada uno, dar los colores, enseñar a sacar punta, entregar colores, pega, recursos artísticos, destapar 20 jugos, escucharlos hablar al mismo tiempo… estar en un espacio cerrado, sin aire acondicionado, con dos ventiladores, techo de asbesto, a las dos de la tarde con un clima sobre los 37 grados centígrados, a su vez tener 9 niños alrededor acariciándote el cabello, abrazándote, 1 llorando por su mamá, 2 con fiebre, 1 que vomitó, 1 que se cayó por estar corriendo, 3 con moquitos, 1 que se quedó dormido. 5 niños diagnosticados neurológicamente con alteraciones, que requieren atención individualizada, que su aprendizaje es lento, que se les dificulta leer, escribir y calcular, y además en las recomendaciones del especialista dice que debe estar en un colegio con una matrícula de grupos pequeños. Además comprender que mamá y papá trabajan, resolver cuando el niño tiene hambre y no trajo merienda, aceptar que no pudo traer los útiles, y por ende se le va a hacer difícil realizar las asignaciones en clases, mejorar que el niño termine las tareas, esperar con paciencia y aceptar los ritmos de aprendizaje (quién de primero, quién de último y quién no termina).
Por otra parte, los padres trabajan desde la mañana a la tarde, luego van a estudiar, llegan cansados, con sueño, agotados, y con miles de cosas de qué preocuparse, la luz, el agua, el teléfono. Asimismo, está la abuela que pasa todo el día cuidando de los niños, luego si la madre trabaja debe llegar a la casa a limpiar, cocinar, lavar, planchar, entre otras cosas, hacer las tareas o terminar un trabajo. Los niños se acuestan cuando quieren, comen en la cama y no en la mesa del comedor, llegan del colegio y aún en la noche cargan el uniforme, pasan todo el día en computadora, televisión o jugando en la calle, ya de noche se acuerdan de que deben llevar algo al colegio y no hay dónde comprarlo, o deben hacer la tarea; pero no hay quien se ponga con ellos o no saben hacerlo por sí solos.
Entonces sucede algo como esto: ¡¡¡no llevo la tarea, tengo el uniforme sucio!!! ¡Mi mamá comienza a gritar! ¡Mi papá se obstina, regaña y a veces pega, mamá y papá empiezan a echarse la culpa, tú que nunca estás en la casa! ¡El trabajo ése! ¡¡Estoy cansada, nadie me ayuda y colabora!! ¡Todo yo!, mamá y papá a echar la culpa a otros: esa maestra lo que hace es mandar tarea, no trabaja, no hace su trabajo!, a ver si tu mamá los ayuda… yo no tengo tiempo, estoy full trabajo!, ¡deja eso así! ¡¡Te lo dije, muchacho bruto!!... y pare de contar.
¡Queridos padres, nuestro compromiso es velar por nuestros hijos y nuestro deber permanente supervisar, seguir y acompañar el crecimiento de nuestros hijos! Queridos maestros, la universidad les dio herramientas para trabajar, fortalezcan la paciencia, promuevan la triada (padres, niños, maestros). ¡Niños, son el futuro y su lema debe ser "soy más grande que las dificultades, mi deber es estudiar, aprender"! ¡¡Feliz comienzo de semana y mil bendiciones!!
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Maria Zurita