“los ríos hondos corren en silencio,
los arroyos son ruidosos”
Es raro escribir sin sentir la
necesidad de hacerlo, y más aún cuando la cotidianidad lo hace ser necesario.
Este sábado acompañe a mi ahijado y amigo, Manuel de Quintal en el bautizo de
su segundo libro “a pesar de todo sonríe”, fue un momento lleno de humildad,
paz, amistad, respeto, acompañamiento, disfrute con quienes debían estar. Zona de encuentro y re-encuentros, tertulia
entre amigos y familiares, flashes de instantes permanentes en el recuerdo.
Y mis respetados lectores se
preguntaran ¿Qué tiene que ver esa situación con el título del artículo?, pues
bien lo desglosare poco a poco, sin trémulas palabras. La felicidad es plena
cuando de esos momentos tu sentimiento se convierte en paz, y la paz no tiene
precio, podrás tener riqueza, abundancia económica pero si no estás al servicio
del otro, no podrás permanecer tranquilo
internamente en consecuencia no te
acercarás a la paz interior. La paz interior se refleja, en tu rostro,
en tu mirada, en tus manos y en la temperatura del cuerpo. Mi abuelita decía
que quién tenía las manos frías reflejaba “amor de un día”, y por lo contrario
el ser con las manos calientes “era amor
ardiente”. Por lo tanto, ser un amor de un día, es ese ser que vive el día sin
ocuparse sino preocupándose, es quien no medita las palabras antes de
hablarlas, y cada vez que habla hiere y se disculpa diciendo que es muy
sincero, y siempre busca una explicación, solicita o se explica continuamente
sus actos, busca la aceptación de otro con la insanidad del verbo, malponiendo
a sus compañeros, comentarios malsanos sin mediar quien escucha. Es quien
permite al otro no olvidarlo, pero no por lo que dice sino por lo que lo hizo
sentir, Y cada vez que conversa lo hace
mediante a lo que tiene y no a lo que es!. Por supuesto, esta gente nunca
tendrá paz, y por mas que pretenda comprarla, no llegará!
Ese amor ardiente, es ese ser que
por pasión, todo lo que hace, lo empuja!, sus pasionales acciones,
palabras, pensamientos, sentimientos son
el motor de su vida. Es quien concibe
los retos como escaladas, las piedras encontradas en el camino erigen su
propio monumento, es quien juega las cartas
que el destino barajea, y acepta el lugar cuando Dios lanza los dados. Y
a pesar de todo.. Sonríe…! Es quien mata su propio ego para que los demás
lleguen a lo alto, es quien en silencio va recorriendo los caminos dejando una
profunda huella en el corazón de los demás, es quien con sus palabras deja en
el otro una enseñanza, educándolo a ser gobernantes y no gobernados. Quien con
su disposición logra más que con su ímpetu, quien con humildad agradece y no
domina. Quien es compañero, amigo sin pretenderlo ser, sino porque se gana el
respeto, es feliz porque los otros son felices, porque los acompaña a que
crezcan personalmente, a que solidifiquen sus sueños, a que exponecien su
propia vida. Su incondicionalidad es su norte, respeta, y permite el ritmo
natural de sus amigos, aceptando el éxito,
las virtudes y los defectos. De su verbo no saldrán juicios, ni
comentarios, solo consejos o simplemente escuchará en silencio, esperando la
invitación a comentar. Este ser siempre tendrá paz, y no tendrá necesidad de
comprarla porque le llegará por si sola! Su riqueza será la paz que irradie,
cada vez que tome la mano del otro estará cálida, a la espera de un estoy aquí
con una sonrisa!. Y culmino diciendo, el 22 de junio fue un día de encuentro, allí se
irradió paz! Así que decreto que todos los días sean de Paz!!Feliz semana
y bendiciones desbordantes!!
MARIA ZURITA
LICDA. EN EDUCACION.
ESPECIAL
ESPECIALISTA. EN LECTURA
Y TENDENCIAS EDUCATIVAS
MSC. EN LECTURA Y
ESCRITURA
PNL TRAINNER
PSICOTERAPEUTA
@mt39
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