El tema de hoy es delicado y a la vez tan frecuente, traición, engaño y desilusión. ¿Cuántas veces hemos pensado que todo va A ir bien?, ¿Cuantas veces la confianza se ha visto derrumbada sin darnos cuenta?, ¿Qué sentimiento de rabia y dolor nos embarga al ser engañados?, ¿Qué inmenso abismo nos acoge? Es una sensación que nos deja sin aliento y como nos robaran algo tan preciado y a la vez sabemos que no podemos recuperarla, desde la infancia nuestros sentimientos han sido atentados por situaciones rutinarias, desde el momento que nos dicen la primera mentira… recuerdo que antes cuando los adultos no querían que los niños estuviesen presentes utilizaban esta frase “ve a ver si el gallo puso” la inocencia respondía de cierta manera, corríamos a buscar la persona que nos iba a enseñar al gallo… ja, ja, ja.. Ejemplos como esos han sucedido a medida que crecemos (el ratón Pérez, el niño Jesús, los Reyes Magos,….), claro cambiando el texto mas no el contexto, ya que este continua igual, el simple engaño. ¿Cómo aprendimos a vivir en el engaño, la traición y la desilusión?, pues muy fácil, gracias al mecanismo de defensa y supervivencia, que nuestro cuerpo esta programado, pasa la primera pero no la segunda vez, luego se huye, después se convierte en el espejo de lo que ve, y se pasa al circulo de engañar, traicionar y crear desilusión. Por lo tanto, se seguirá así por secula seculurum amén. Desde mentiras blancas hasta las más obscuras. Se puede hablar de tres tipos de mentiras: la racional, la emocional y la conductual. En la mentira racional, lo básico es que lo que se dice, se siente o se hace, se contrapone con la verdad racional. Se falsea la verdad por algún interés. Es más profunda, mucho más malvada, es la mentira hecha para dañar a los demás. Es el caso del jefe que te propone un ascenso, cargo, aumento y luego de una larga espera siempre ajustando mentiras aun no llega. La mentira emocional, en la que lo básico es que, lo que se dice, se siente o se hace no concuerda con la situación emocional del mundo afectivo. Un ejemplo de esto podría ser el caso de los esposos que cuando llegan a la casa tratan de parecer enojados, por alguna mala situación en el trabajo, el tráfico pesado o cualquier otra circunstancia, cuando en realidad estaban en una fiesta jugando dominó con sus amigos, o simplemente pasándola bien. Tratar de parecer enojado, no es fácil, pero ayuda mucho si además se frunce el ceño. Y el tercer tipo de mentira, que es mucho más elaborada, es la mentira conductual en la que se trata de actuar o dejar actuar de forma deliberada para decir que somos lo que no somos. Es el caso elabora una mascara de honrado, comprensivo y prepara todo un argot para verte caer. Este comportamiento que parece tan humano ha sido ampliamente estudiado para conocer mejor su origen y en un estudio reciente mostraron que este tipo de conducta tiene una larga trayectoria en nuestra historia evolutiva, mientras más sofisticado sea el animal más común serán estos comportamientos y más elaboradas las formas de engañar. El mejor mentiroso nunca será Pinocho. El mejor engañador es el que cree su propia mentira y así engaña mejor a los otros ya que no demuestra con ningún gesto o nariz creciéndole, que podría estar mintiendo. El riesgo es que, al cabo de un tiempo, ya no reconoce más que es mentira de verdad. Para finalizar, no permitas que la verdad te abandone. Apégate a la verdad y revela la verdad. No tienes idea de la manera como usar tus palabras para transformar la vida de un ser humano, así como la verdad es necesaria y pedida ¡cultívala! y derroca la mentira de tu haber, la mentira no es un instinto de supervivencia, ni una necesidad, es algo que aprendemos con los demás. Sino hubiese existido el/la primer(a) mentiroso(a) no habría mentiras. No justifiques tus acciones, pensamientos, ni palabras porque el círculo continuará y todo lo que te rodee se convertirá en lo que has sembrado.
MSC. MARIA ZURITA
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