Una manifestación o marcha es la exhibición pública de la opinión de un grupo activista(económica, política o social, sobre todo), mediante una congregación en las calles, a
menudo en un lugar o una fecha simbólica con esa opinión. El propósito de una
manifestación es mostrar que una parte significativa de la población está a favor o en
contra de una determinada política, persona, ley, etcétera. El éxito de una manifestación
suele ser considerado por cuanta gente participa. También se define como expresión o
conducta del ser, animal o cosa, así como de la naturaleza, puede ser voluntaria o
involuntaria. Asimismo, Protestar: Mostrar disconformidad, descontento u oposición.
Conjuntamente, El término libertad proviene del latín libertas, libertatis–liber: que
significa libre. Se le define como la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una
manera u otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
Y por ultimo, El espacio construido por el ser humano, con la ciudad como principal
paradigma, es, ante todo, un espacio para ser ocupado, para servir y ser usado, para
llenar y vaciar con la presencia real o simbólica, para interactuar con otras personas en
un entorno y para interactuar con el entorno. Este es un espacio normalizado, definido a
través de reglas y convenciones, legalmente estipuladas o aquellas construidas social o
culturalmente. Diccionario de la lengua española. España.
Luego de esta disertación teórica sobre: manifestación, libertad de exigir, participar y
espacio publico, no me queda más que participarles que la literatura como siempre
maneja temas diversos que llevan al lector a pensar críticamente y darle respuesta a una
serie de incógnitas, dudas y/o aseveraciones. Por ejemplo, el texto al cual hago
referencia en el titulo (la calle es libre) muestra a los niños y jóvenes una visión de
mundo donde se proyecta la libertad, el derecho a la expresión, la exigencia de los
derechos y al trabajo comunitario…“Los niños del barrio San José no tienen dónde
jugar: en el cerro sólo hay casas, más casas, escalinatas y basura. Sólo abajo, cerca de la
autopista, hay un terreno vacío donde los niños quieren construir un parque. Van a pedir
ayuda al Concejo Municipal, pero las cosas son más difíciles de lo que parecen y,
finalmente, son los vecinos del barrio quienes deben encontrar sus propias soluciones”.
Frases como: “emprender marcha”, La pancarta dice ¡No tenemos donde jugar.
Queremos un parque!, “De aquí no vamos hasta que nos oigan”, “venir aquí sin
permiso” , “Que los vamos a encerrar”, “Una mañana amarraron una cinta roja...”, “El gobierno no cumple”, “sí todos ayudan”, “reunirse, ponerse de acuerdo” nos hace reflexionar sobre la calidad de la educación, ese momento cuando proveemos a nuestros niños la oportunidad de leer y opinar sobre lo leído. Sin alejarnos de la realidad circundante, ese escenario socio-poli-cult-artística que nos envuelve y no cobija como
un amanecer constante.
Esta historia de Kurusa, antropóloga y editora venezolana, está basada en las
experiencias y discusiones de los niños que asisten a la biblioteca de San José de La
Urbina, un barrio de Caracas que quería un parque de juegos. Aún no lo tienen pero
siguen soñando y luchando por conseguirlo. Y de la misma manera que la realidad fue
la base de este cuento solo me queda dejar el legado de la crítica, la diversidad de
pensamiento, trabajar en comunidad y a recordar que somos libres.
Todo el mundo utiliza una ciudad, trabaja en una oficina o fábrica, ocupa una vivienda, recorre calles y avenidas….Los espacios públicos y recreativos, no son solo públicos en el sentido de ser “observados”, sino públicos en el sentido de ser abiertos.
MSC. MARIA ZURITA
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